Statement
Daniel Marín es un artista hispano-alemán, nacido en Wolfenbüttel, Baja Sajonia (Alemania) de padres españoles, pero que sin embargo ha pasado la mitad de su vida en España. Comenzó a pintar en su Alemania natal de manera totalmente autodidacta después de que le regalasen un estuche de pinturas a los dieciséis años. Un año más tarde regresó a España junto con su familia donde terminó el bachiller e inició la carrera de Filología Inglesa en la Universidad de Murcia.
Completó su formación académica con una diplomatura en Gemología por la Universidad de Barcelona. Asimismo Daniel trabajó en la industria de la publicidad, del diseño gráfico y como diseñador de joyas para su propia marca. Todo este bagaje ha influenciado enormemente en su verdadera pasión: la pintura. Daniel posee una insaciable necesidad epistemológica que le ha llevado a explorar los campos más diversos del conocimiento: la astrología, la ciencia, la filosofía, las civilizaciones antiguas o la historia de las religiones son algunos de los campos que con mayor ahínco han despertado su curiosidad, lo que ha enriquecido cuantiosamente su cosmovisión tal y como se refleja gráficamente en su producción artística. Del mismo modo, Daniel ha visitado algunos de los lugares más recónditos del planeta con el objetivo de conocer culturas diversas y formas de pensamiento antagónicas a los de la tradición occidental. Ha pasado una parte de su vida en India, Brasil y Marruecos, así como otras muchas partes del mundo, intentando descifrar los usos y costumbres de dichos lugares.
La obra de Daniel ha colgado de las paredes de ferias y galerías de los centros artísticos más prestigiosos de la actualidad: Nueva York, Berlín, Stuttgart, Roma, Belgrado, Madrid, Barcelona, Salvador de Bahía y Nador son algunos de los lugares que han hospedado exposiciones del artista. Próximamente la lista de lugares crecerá con las futuras exposiciones en París, Dubai y Venecia.
Tras explorar diferentes estilos y técnicas, Daniel Marín decidió finalmente adoptar el lenguaje abstracto por ser la única vía posible de expresar su complejo mundo interior y poder comunicarse con el espectador en un estilo universal que sobrepasase las barreras de cualquier cultura, pensamiento o tradición. Su obra ha sido comparada con Pollock, Twombly, De Kooning, Gorki o Rothko. No obstante, Daniel ha desarrollado un estilo muy personal mediante la combinación de óleos, acrílicos, esmaltes, espray o incluso tímidas prácticas de collage que guardan ciertos paralelos con la obra de Robert Rauschenberg y Jasper Johns. Sin embargo, su estrecha vinculación con la diversidad cultural, su formación previa y su constante necesidad de aprender, no restan un ápice a la innovación y transgresión que caracterizan la obra de cualquier artista con A mayúscula.
La búsqueda de la espiritualidad ha sido el leitmotiv de gran parte de la obra de Daniel, lo que le ha llevado a pintar inspirándose en las religiones monoteístas, en las civilizaciones de la Antigüedad, en la mitología clásica o la religión hindú, explorando con esmero en su último etapa la oscura historia de la alquimia. En cierto sentido, podríamos considerar a Daniel un alquimista de nuestro tiempo, puesto que intenta descifrar el significado de la existencia indagando en los secretos de las gemas y expresándose en un lenguaje universal.
Si algo caracteriza la pintura de Daniel es la sinceridad y la transmisión de unos valores que, con mayor o menor éxito, pretenden mejorar nuestro mundo. En las palabras del artista: “un pintor pinta lo que ve, un artista pinta lo que siente”.